lunes, 6 de febrero de 2017

COMO SE DEBE Y COMO NO SE DEBE INTERVENIR LA CRISIS HUMANITARIA NIÑOS WAYUU


La modalidad de contratos – convenios (de aportes) del ICBF con ONG tiene ventajas y desventajas.

La ventaja seria contar con verdaderas ONG sin ánimo de lucro que tengan verdadera vocación misional y musculo financiero para poder hacer aportes reales.

Desafortunadamente, las ONG de verdad se cuentan con los dedos de las manos, la mayoría, o casi todas son empresas creadas para contratar con el ICBF, las revisan y verán que toda su actividad es contractual, no tienen actividades propias o  misionales, son ONG de AZ, es decir, de papel, se acaba el contrato y la ONG vuelve al archivador hasta el próximo contrato.

Tienen el agravante de que casi todas tienen sus sedes en zonas urbanas, a veces en municipios distintos alejados de la zona donde deberán ejecutar su contrato, e incluso en otros Departamentos, es decir, no conocen las regiones y por lo tanto no tienen compromisos con los territorios, no hay a quien reclamar, son ONG de horario de oficina.

Digamos la verdad, casi todas son con ánimo de lucro, pero se disfrazan de ONG, y como su finalidad real es el lucro, buscan sacarle ganancia al contrato como sea,  lo que ha conllevado a todas las denuncias puestas hasta hoy por el ICBF, cosa que aplaudo una y otra vez, y que sé que le ha costado duro y muchos sacrificios a CRISTINA PLAZAS, no ha sido una tarea fácil.

El hecho de que algunas ONG no hayan sido denunciadas aun no es porque sean buenas,  es que no han dado papaya, han sabido hacer sus operaciones, hay gente muy lista encargada de camuflar esto.

Como muchas de estas ONG no son de los territorios, su actividad se limita a algunas visitas, van unas cuantas veces al mes, y centran casi toda su actividad al suministro, que es lo que más les interesa, desatendiendo las actividad de protección de los niños, esto explica porque algunos niños que han sido identificados con desnutrición o han muerto por esta causa u otras, pese a que estaban en programas del ICBF nunca fueron reportados por los operadores (ONG), porque sencillamente nunca los buscaron, no les interesa eso, o si los reportan, fue porque los encontraron por casualidad.

Estas ONG que hacen, subcontratan actividades con las comunidades, es decir, trasladan la responsabilidad de ejecución en manipuladoras y uno que otro líder a los cuales les pagan muy por debajo de lo que les dio el ICBF, pero nunca están al frente de esto porque ello implicaría irse a vivir a las comunidades, cosa que los dueños de las ONG no van a hacer, no son misioneros.

Esto quiere decir, y lo he visto muchas veces, que hay una tercerización, pero pagando a un valor muy por debajo de lo que pago el ICBF y en esa diferencia es que obtienen sus ganancias, además de ganancias por compras de alimentos de baja calidad, de contrabando, etc.

No han notado que en todos los contratos se exigen nutricionistas, se han preguntado cuantas nutricionistas hay en La Guajira, les aseguro que algunas de las que aportan las ONG son simples hojas de vida, donde a veces la nutricionista no tiene ni idea de que la están ofertando, o la tranzan por un poco de dinero, pero estas nunca van a la comunidad.

Esto explica porque una ONG pillada y denunciada por ICBF tenía valorados nutricionalmente los niños con meses de anticipación.

He dicho y escrito muchas veces que para trabajar con los wayuu y las comunidades (en todo el país) en general, se debe trabajar de la mano con ellas, que hay que involucrarlas, que deben ser gestoras de sus propias soluciones, que deben asumir responsabilidades de sus niños, esto es un mandato de la constitución, los primeros responsables son los papas, las familias, la sociedad (en este caso la comunidad donde vive el niño), y el Estado.

Solo los que viven en los territorios, pueden y deben estar pendientes de sus niños, es imposible que una ONG (así sean la más altruista del mundo) con sede en Valledupar, Barranquilla, Bogotá o incluso Riohacha este pendiente de un niño localizado a cientos de kilómetros de distancia, y más en territorios como la media y alta guajira que son de difícil acceso.

Debemos dejar de ver estas actividades como simples contratos o convenios y verlos como herramientas para transformar realidades, es decir, que sean un medio y no un fin, porque a través de estos convenios o contratos se pueden articular muchas otras cosas y vincular muchas otras instituciones públicas y privadas para transformar las duras e inhumanas realidades del pueblo wayuu que se convierten a menudos en tragedias humanitarias.

Que las comunidades no están preparadas, que algunas han caído en casos de corrupción, ineficacia e ineficiencia, (desafortunadamente eso es lo que les hemos enseñado) puede ser cierto, pero eso no implica tirar todo al saco de la basura, hay que recomponer, hay que reorganizar, hay que mejorar, hay que cualificar, capacitar, enseñar, debemos reiniciar procesos, ese es el cambio de chip que promulgo, debemos hacer una autocritica.

No podemos seguir tratando a los indígenas como menores de edad, como incapaces, como una clase de seres humanos inferiores que requieren estar bajo el cuidado, control y tutela de un mayor arijuna, ellos son capaces y pueden darnos sorpresas, pero hay que apoyarlos, esa es la solución real, de lo contrario seguiremos en las mismas.

Contratar directamente con las comunidades no implica renunciar a la obligación de vigilar y proteger, esa función es innata e irrenunciable para el Estado.

Adicionalmente, contratar con las mismas comunidad, implica que se generará empleo a su interior, y si hay empleo, hay ingresos y si hay ingresos puede comer toda la familia, y ayudamos a reducir la miseria o pobreza extrema que en Manaure esta el 91% y en Uribía del 90% (fuente DANE Censo Agropecuario 2014).

La pregunta sería como garantizar que una organización indígena no sea picara y solo estemos cambiando de un ladrón arijuna por un ladrón wayuu.

Lo primero es que el operador sea indígena, y que viva en el territorio donde va a operar.

Definir con claridad los territorios geográficos, no entiendo como un operador atiende niños aquí, otros allá, pero no a los que están en medio porque esos están con otro operador, o como atiende unos niños, pero otros no, así no debe ser, debe haber homogeneidad geográfica y territorial en la zona de responsabilidad del operador étnico.

También debe implicar un pacto de responsabilidades, incluso con responsabilidades fiscales, disciplinarias y penales si fallan.

Hay muchas formas, una es contratar con las Asociaciones de Autoridades Tradicionales o Cabildos.

El Decreto Nacional 1088 de 1993, por el cual se regula la creación de las asociaciones de Cabildos y/o Autoridades Tradicionales Indígenas, señala en su artículo 2º  que son entidades de Derecho Público de carácter especial, con personería jurídica, patrimonio propio y autonomía administrativa.

Ahora bien, el problema es que no todas las comunidad forman parte de una Asociación, en este caso se pueden organizar  en Uniones Temporales de Autoridades Tradicionales y contratar como tales, siempre y cuando garanticen unidad territorial y cobertura global.

Aquí se puede trabajar de la mano con la Dirección de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior.

Estos procesos no serán rápidos, implica preparación, organización, capacitación, control y seguimiento (alistamiento), y debe ser concertado con los indígenas.

Un requisito adicional seria exigir el uso de GPS, solo se paga si se verifica que estuvieron en las comunidades y eso se verificar con el uso de GPS, porque el “track” o “rastro” que deja el GPS permite verifica el día y la hora en que fueron a un lugar, incluso el tiempo que estuvieron allí, además de soportes fotográficos, que pueden ser cargados a una página Web especial para seguimiento y control.

Finalmente, hay temas que afectan la prestación de servicios del ICBF pero que se salen de su competencia, como la falta de agua, energía eléctrica para conservar los alimentos, vivienda óptima para garantizar el bienestar de los niños, falta de vías, falta servicios de salud, o la pobreza extrema del núcleo familiar, que es competencia de otras entidades no solo nacionales sino regionales, departamentales y municipales.

Siempre me he hecho una pregunta: como se preparan alimentos sanos e inocuos si el agua disponible en la zona es de un jagüey, y es la única opción para preparar los alimentos, o con suerte un pozo artesiano o pozo profundo cuyas aguas son salinas o alcalinas o las dos cosas al tiempo, y que le queda a varios kilómetros de distancia?.

Como se garantiza el bienestar de los niños si viven en casas cuyas estructuras son más aptas para el ganado?, o como se garantiza derecho a la salud si en las zonas no hay centros de salud?.

Estas son sin duda alguna parte de las preguntas fundamentales que deben ser contestadas.

Estas son solo percepciones e ideas, están abiertas a la discusión por todos.

 
Mauricio Ramírez Álvarez
@mauricioadmpub

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